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#SaludMental #LaSaludEsCosaNuestra
Compartimos el comunicado del La SALUD es cosa Nuestra, espacio conformado para debatir y construir una Salud en Manos del Pueblo, sobre la Derogación del Decreto Reglamentario 603/13 de la Ley Nacional de Salud Mental.
¡NO AL RETROCESO EN SALUD MENTAL!
INFORMACIÓN IMPORTANTE.
Desde el espacio de La Salud es Cosa Nuestra queremos expresar nuestro repudio ante los retrocesos que viene sufriendo nuestra Ley de Salud Mental y Adicciones desde la asunción de Andrew Blake en la Direccion Nacional de Salud Mental y Adicciones, así como también los retrocesos en materia de derechos adquiridos.
La Ley Nacional de Salud Mental es el resultado de años de luchas colectivas y hoy más que nunca tenemos que estar organizados/as como trabajadores/as del campo de la salud para impedir este atropello.
En el día de hoy, tomó estado público un proyecto de decreto reglamentario de la Ley Nacional de Salud Mental nº 26.657 (Expte Min. Sal.120020000024933166) que contradice el espíritu de la norma que pretende reglamentar, y evita generar el debate en el Congreso de la Nación, ámbito institucional natural para modificaciones de este tenor.
En términos generales enuncia la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, pero a lo largo del articulado prioriza el modelo médico científico hegemónico por sobre una concepción acorde al modelo social de discapacidad.
Los puntos más preocupantes son:
– Modifica la concepción de la salud mental como un proceso multideterminado por componentes históricos, socio económicos, culturales, biológicos y psicológicos, y reinstala el modelo médico hegemónico de perspectiva biologicista que resultó insuficiente para un tratamiento integral de los padecimientos mentales. Acorde a esta mirada habilita exclusivamente “Prácticas fundadas en evidencia científica”, y excluye así los aportes de disciplinas imprescindibles para la rehabilitación del padecimiento mental, como son la terapia ocupacional, la musicoterapia, la enfermería, la psicología, los acompañamientos terapéuticos y el trabajo social, entre otros.
– Reinstala el Manicomio bajo el nombre de “Hospitales especializados en Psiquiatría y Salud Mental” y admite el aislamiento pleno de personas a quienes vuelve a considerar “enfermos” como un tratamiento regido por el “arte médico”. De igual modo, habilita tratamientos en comunidades cerradas para las personas con consumo de drogas. En consonancia, a la hora de determinar una internación compulsiva, sustituye el requisito de inminencia del daño para sí o para terceros y reinstala el concepto de peligrosidad ya que permite una evaluación basada en riesgos potenciales.
– Lesiona y desnaturaliza el derecho a una defensa técnica de las personas usuarias, y establece que los/as abogados/as defensores/as deben ponderar la opinión del equipo tratante para no inmiscuirse en el esquema terapéutico, circunstancia que desoye la voz y los intereses de la persona usuaria. Además, establece que el juez designará al defensor oficial impidiendo la actuación de oficio de acuerdo a la Ley del Ministerio Público de la Defensa. Por último, incorpora requisitos de formación para el ejercicio del rol de abogado/a defensor/a que no están contemplados en la ley.
– Reinstala la lógica del modelo tutelar de sustitución de la voluntad, al reconocer expresamente que una persona puede ser declarada completamente incapaz en franca contradicción con las disposiciones del reciente Código Civil y Comercial de la Nación y normas de superior jerarquía.
– Quita de la competencia del Ministerio Público de la Defensa la designación de la máxima autoridad del Órgano de Revisión de la Ley y se la adjudica al Ministerio de Salud de la Nación. De esta forma la Autoridad de Aplicación de la ley será quien designe al responsable de ejercer las funciones de control sobre sí misma. A su vez, impone una nueva conformación plenaria que desequilibra la pluralidad de sectores y favorece mayorías médico hegemónicas.
La Ley Nacional de Salud Mental fue un avance clave para el reconocimiento de las personas con padecimiento mental como sujetos/as de derecho y para la sustitución del manicomio por tratamientos dignos. El proyecto de decreto reglamentario es, a todas luces, un retroceso gravísimo en la garantía de los Derechos Humanos.
Creemos que, como trabajadores/as de la salud y estudiantes en formación es fundamental defender este marco legal y seguir impulsando espacios que nos permitan discutir su defensa y su plena implementación.